Hoy
hace un maravilloso día. No quedan rastos de la tormeta que acometió
hace apenas unos cuantos días. El sol brilla en lo alto y a mí me
parece un día perfecto para pasarlo fuera, sentir el sol sobre mi
piel y gastar un poco de dinero. Estoy un poco aburrida y de no salir
y ocupar mi mente en alguna cosa, mi mente podría llenarse de
amargos recuerdos que hoy no quiero ni necesito traer a mi memoria.
He
decidido pasearme por el centro comercial. Camino largo rato por los
estantes de las tiendas y elijo unos cuantos vestidos y algunas
faldas, nunca fui muy afecta a este tipo de vestimenta pero llevarla
puesta es algo que me hace sentir sexy y en mi nuevo estilo de vida,
ser mirada y deseada por otros es algo casi imprescindible.
Después
de unas horas de estar vagando me ha entrado un poco de hambre y los
pies comienzan a rogarme por descanso.